jueves, 12 de enero de 2012

Pentathlón: un hito en mi vida.




Un hito en mi vida
Ya perdí la cuenta del número de veces que alguien me ha preguntado “¿qué es el Pentathlón?”

Muchas veces respondí tal pregunta con la definición más precisa que mi memoria me permitía ostentar del Manual de la Escuela de Reclutas; otras tantas intenté esbozar mi propia definición a partir de mi experiencia personal; pero, finalmente encontré una respuesta ideal que sólo puede expresarse con el lenguaje del honor, el acento de la constancia y el discurso del deber.

Descubrí que mis actos cotidianos no sólo definen al Pentathlón, sino que definen mi propia vida como resultado de mis convicciones e ideales, con una trascendencia que nunca antes vislumbré.

Más allá de uniformes, grados y reconocimientos, el Pentathlón me ha brindado autoconocimiento porque ha sido el medio para potenciar mis cualidades y vencer mis defectos; me ha brindado autodefinición porque me siento sumamente orgullosa de pertenecer a un grupo de personas consagradas a cultivar y transmitir bienes espirituales; me ha brindado autodominio porque he aprendido a ser prudente y dominar mis emociones mediante la razón; y me ha brindado autoestima porque ahora como nunca antes sé quién soy, dónde estoy y hacia dónde me dirijo.

El Pentathlón marcó un hito en mi vida, porque antes de ingresar a sus filas, la vida me resultaba monótona y vacua. Ahora, gracias a tan insigne institución, se ha tornado un reto constante, un mundo de cosas por aprender y de logros por alcanzar a través de la formación intelectual, la disciplina militar y el entrenamiento deportivo. Y dado que no hay privilegio sin responsabilidad, quien más sabe tiene más obligación hacia los demás, porque el conocimiento y los valores espirituales son el mayor tesoro que podemos acumular para aplicar en beneficio de los demás. Por eso como pentathleta, comprendo y acepto que es mi deber dedicar el valioso tiempo que se me ha concedido en tocar a tantas almas como me sea posible a lo largo de mi breve paso por la vida.

En verdad no creo que exista una mejor opción mediante la cual niños, jóvenes y adultos, logren comprender y trasmitir a través del ejemplo, que mientras gocemos de vida, debemos seguir aprendiendo, creciendo y compartiendo, porque nuestra vida sólo cobra sentido cuando tenemos un ideal en qué invertirla.



Laura López Muñoz
Sgto. 1/ro. de cadetes de Caballería.
Batallón "Héroes de Chapultepec".